En Taiwán


Desde años, Dios quiso que las Agustinas Misioneras llegaramos a este Pais, a este mundo: el Chino. Y El quiso también que por motivos de la Historia, la semilla de su Palabra, la semilla de las Agustinas Misioneras, estuviera oculta y silenciosa, hasta pocos años atrás. Una semilla que ha sabido fructificar y crecer a pesar del sufrimiento.

Y ya veis, como Dios “quiere tanto a sus hijos”, aqui nos trajo de nuevo para retomar eso que hace ya 55 años dejamos atrás. Y cuál fue nuestra sorpresa al saber que aquí en el silencio y el grito a la vez, nos encontramos con la Hna Marta de 85 años y 5 jóvenes que con el espíritu agustinano fuerte, quieren seguir a ese Dios que tanto las quiere.

Para ello, hace ya años las Agustinas Misioneras estamos aquí en Taiwan, estudiando chino y aprendiendo y viviendo lo que ésta gente nos quiere enseñar. Siempre con la mirada puesta en esas Hermanas que con valentía y coraje, buscan la manera de caminar como Agustinas Misioneras en esta su Iglesia, la nuestra también.

Un saludo especial desde estas tierras y que Dios siga acompañándoos.

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